Monday, October 30, 2006

Falta de apego

31 contactos en messenger y no me nace hablar con ninguno de ellos. Quizás porque me da lata apretar dos veces el boton izquierdo y después escribir algo, quizás es eso. La verdad es que solo lo hago cuando siento, cuando tan sólo tengo la intuición de que mi corazón es el que manda por un momento. Pero a veces pienso que no es el corazón el que me motiva a hablarle a algunas personas, sino el esporádico sentimiento de querer llamar la atención, de hacer notar a alguien que existo. Y esto creo que es lo más cercano a lo que en verdad me pasa.

Yendo al grano, no logro establecer lazos con otras personas que no sean mi familia. No me estoy refiriendo a lazos como de amistad, que claro los tengo con algunas personas, sino que lazos más fuertes. Lazos fuertes como el de pensar en la otra persona así de repente. No me nace, quizás es un problema que tengo o tal vez un escudo que uso para no aferrarme a algo y luego perderlo y sufrir por ello. Podría ser cualquier cosa. Por ejemplo, una vez estabamos conversando con unos amigos sobre unas chiquillas con las que nos habíamos juntado el fin de semana. Hicimos algunos comentarios, y noté la fuerza con la que ellos hablaban sobre estas niñas. Se notaba que de alguna manera las querían. Apenas noté eso, no pude seguir escuchando la conversación, desaparecí. Me zambullí en lo que recién había notado. Estuvimos el mismo tiempo con ellas, la pasamos bien y todo eso, pero no sé cómo ellos lograron adquirir tanto cariño por ellas, un cariño que yo no encontré. Claro que lo pasé muy bien y me agradaron mucho ellas, pero nada más. Lo mismo me pasa con todas las personas que conozco. Reconozco que soy demasiado fijón, puede ser que tengo muy claros mis defectos y no me cuesta trabajo encontrarlos en otras personas. Y son factores que me impiden acercarme bien a esa persona, pongo una barrera en cada relación. Para absorber lo bueno de la persona, estimarla y anular sus defectos, cuando la idea es querer aquellos defectos. Sé que soy una basura, y si algún amigo o amiga mío o mía, va a pensar lo mismo, y quizás se decepcione. Lo sé, pero no tengo ningún problema. También debo reconocer que estoy solo, de lo que me suelo quejar, porque yo me busco las formas de fracasar. En primer lugar, sé que no soy agraciado para las mujeres, en lo que buscan ahora, pero sé que he intentado muchas veces de conseguir compañía, pero creo que yo mismo me busco el fracaso.

Debe ser algo inconsciente para mantenerme solo, en la soledad. Y lo más loco de todo es que la soledad me encanta, me gusta caminar solo, pensar solo, tanto así, que llego a pensar que estoy hecho para quedarme solo. Un día mi papá me dijo que los escritores que cuentan tragedias son de los más grandes, pero se quedan con las tragedias, se quedan en la soledad. Quizás estoy destinado a escribir las más grandes. Me gustaría estar equivocado.

Si alguien que se siente cercano a mí, llegó a leer esto, le digo que no dude de mi, de lo que he dicho ni lo que hemos vivido. Y ten claro que si en algún momento de verdad llegas a necesitar ayuda, voy a estar ahí. Yo no exijo lo mismo de tí, pero ten claro que me lo exijo por tí.

Thursday, October 19, 2006

Gracias Gabriel

Hay días en que uno despierta de lo lindo, el día brilla, las cosas te salen bien, como que toda tu vida está bien. Pero las horas siguen pasando y en todo tu regocijo por la felicidad, te das cuenta que en verdad no estás completo. Que todavía hay algo que te falta para encontrar esa felicidad. Y te preguntas qué es esa carencia que te cambia la mirada alegre por una taciturna.

Esa ausencia no es la misma en todos, cada uno tiene sus propias preocupaciones y problemas insolucionados. Ese detallito que notaste en tu persona, ese detallito que brilla por su ausencia, te cambia por completo. Te empieza a dar rabia por no poder tener aquello que tanto deseas y tanto te afecta no poseer. En esos momentos te dan unas ganas de desaparecer y aislarte. Porque sabes que hablar con alguien más no ayudará, sólo te restregará el hecho de que no tienes tal cosa que es escencial para tí. No quieres hablar con nadie, no quieres escuchar palabras que no sean las que flotan en tu mente, no quieres nada con el mundo por ese momento que estás pasando. No soportas nada. Te cuesta sacar una sonrisa y poder mirar a los ojos con dulzura. Sientes que es una frustración, que te gustaría cambiar la situación, pero la angustia te carcome y te desintegra poco a poco. También sabes que pasará, pero aún así sientes que acabará contigo. El estado en que estás no te permite cambiar la situación, aceptas sumiso lo que te ocurre, quizás porque no hiciste nada para conseguir lo que te falta, o tan sólo porque el destino no lo quiso así para tí. Nunca se sabe. En esos momentos de natación en la soledad y la autodecepción, no sabes qué hacer. Y según yo, hay algo que funciona a la perfección:
Cuando te sientas así, yo sé que lo único que podría saciar un poco esa hambre de alivio, es el llanto. Lágrimas que son reconfortantes y un desahogo para el alma agobiada. Pero no es fácil de obtener, por lo menos a mi me cuesta demasiado, así que tengo otras alternativas de alivio. Una de ellas es el desahogo físico, algunos momentos sientos deseos de romper algo, algo hermoso, pero nunca me he atrevido, y espero no hacerlo. Pero la opción que sí aplico, es la del potenciamiento. Si me siento deprimido, busco deprimirme más. Me encierro en mi pieza, pongo música perfecta para sentir la pena y aflorar todos esos pensamientos, actitudes y hechos que me hayan hecho sentir como me encuentro. ¿Para qué? Para exprimir mi pena. Llegar tan al fondo de ella que pueda removerla desde ahí y poder comenzar con una nueva etapa. Es lo mejor que se puede hacer, porque en la vida no todo es felicidad. En la vida hay que pasar por todos los estados; la pena la podrás experimentar por amor, por una meta no cumplida, una pérdida, en fin, por cualquier cosa, pero debes sentirla.

Puede parecer redundante, pero necesito recalcarlo, cuando sientas pena, no te escapes de ella, enfréntala y aprende a disfrutarla a su manera. Y recuerda que después de la tormenta siempre llega la calma, y cuando el cielo se despeje, puede ser que encuentres la solución a lo que te aproblema.

Esfuerzo

Desde chico que me han inculcado el significado y la importancia del esfuerzo en la vida. El esfuerzo, según sé, es algo muy importante. Ya que con él se puede llegar muy lejos, además de que te da mayores oportunidades, te enriquece como persona. Esto es lo que me han inculcado desde que soy un capullo, por parte de mi familia y el colegio. Muchas veces esa exigencia (de esforzarse al máximo) se tornaba algo desagradable, y hay que aceptar que, efectivamente, lo es.

Hoy estoy de lo más relajado, porque mañana es mi último día de clases en el colegio. Ya no me quedan pruebas, ni trabajos ni nada más para el colegio. Su relajo total. Claro que esto volverá a preocuparme cuando entre a la universidad, si es que...
El colegio se me acaba y me doy cuenta, tarde, de que eso que me enseñaron sobre el esfuerzo, no lo apliqué siempre. No fui capaz de esforzarme para ser el mejor en todo lo que hiciera. Al principio todas las cosas salían casi por acción propia, buenos resultados con poco esfuerzo porque en su época, esas cosas eran más fáciles. Después se puso algo más dificultoso y yo me quedé en el mismo nivel, osea, nunca tan dejado, pero no me exigi lo mismo que los hechos me exigían. Me convertí en uno más del montón, dejé de destacarme en lo que hacía. Y después de eso, las cosas mpezaron a exigir más, y yo decidí exigirme un poco más, no lo necesario, sino que lo justo nada más. Empecé a pensar que las cosas las iba a sacar adelante con el tiempo. Que por esforzarme lo justo y con la ayuda del tiempo, lo pasaría todo sin problema. Por ejemplo, en el colegio, pensaba que con mis capacidades, un poco de estudio y con el tiempo, pasaría con todo sin problema, que saldría con un buen promedio. Bueno, así ha sido hasta el momento, pero yo sé que podría más. Tomé al tiempo como un factor que me haría sobrepasar todas las cosas. Hice que el tiempo trabajara por mí, cuando en realidad, el tiempo debería trabajar para mí.

Es algo tarde, venir a disponerme a una nueva actitud. En realidad, nunca es tarde, pero en este último tiempo podría haber hecho más. Entonces, sería bueno que tomara en cuenta que el esfuerzo no es un cliché de los viejos, es mucho más. Es un deseo de autosuperación, un deseo que con las capacidades que todos tenemos, se puede llegar a disfrutar después. Sí que se puede.